 
Con la vuelta a la rutina toda nuestra vida vuelve a estar como antes de irnos de vacaciones. El verano ha dado mucho de sí, y no solo para nosotros, sino para nuestra mascota, ya que todas las personas que tenemos perro debemos contar con él a la hora de planificar nuestras vacaciones. Muchos se lo llevan a la playa, otros a la montaña, otros al pueblo… Sea como sea, nuestro perro rompe su rutina también en verano, y por eso la vuelta también puede ser dura para él, por ello es necesario que tengamos en cuenta algunas pautas a la hora de volver a la rutina habitual. Como hemos comentado en infinidad de ocasiones, nuestra mascota sufre por norma general los cambios más que nosotros. Acostumbrar a nuestro perro a una determinada rutina es necesario para que sus hábitos sean correctos y se ajusten a los nuestros y a lo que buscamos en una mascota. Por este motivo es importante que tengamos en cuenta que a la vuelta de vacaciones, al retomar nuestra vida habitual, las mascotas son una de las partes más afectadas, ya que durante unos meses han trastocado sus hábitos y han aprendido otros que ahora deben olvidar. Por este motivo el cambio debe ser lento y pausado. Principales aspectos en los que nuestro perro estará desubicado Durante las vacaciones los horarios pasan a un segundo lugar, no solo para nosotros, sino que también para nuestro perro, que deja de tener sus horas fijas de salidas, y comienza a disfrutar de más tiempo al aire libre. Esta situación lo que hace es que nuestra mascota deje de lado la preocupación pos sus necesidades y acostumbre a su cuerpo a hacerlas cuando le apetece y no a una horas marcadas por nuestra rutina cotidiana. Junto a esto, en vacaciones nuestro perro pasa más tiempo en compañía. Nosotros, al tener más tiempo libre realizamos más actividades en las que él está implicado, al igual que entra en contacto con más animales que nos encontramos en estas actividades. Esta socialización hace que nuestro perro se acostumbre a estar siempre en compañía de alguien, olvidando así lo importante que es que pase tiempo solo y sepa estar así sin padecer situaciones de ansiedad. En vacaciones solemos pasar nuestro tiempo en otro lugar que no es el habitual en el que vivimos. Nuestro perro en muchos casos viene con nosotros o lo dejamos en otra casa que no es la suya, o en un hotel canino… En este caso el cambio afecta a sus esquemas. Los perros son animales de costumbres, y por ello deberán sufrir un cambio para acostumbrarse al nuevo escenario, cambio que acusarán al regresar a nuestra casa habitual, donde deberán acostumbrarse de nuevo a las normas establecidas.
Qué hacer con nuestro perro para que la vuelta sea lo más cómoda posible Ante todo y sobre todo debemos hacer que se acostumbre a la rutina establecida antes de irnos de vacaciones. En primer lugar debemos tratarlo con normalidad. Es normal que al volver a casa durante unos días se encuentre desubicado, triste y sin ganas de apenas moverse. Para que esto se le pase lo antes posible es necesario no volcarnos en él y darle más mimos de los necesarios. Esta actitud es la que muchos adquieren y eximen al perro de sus obligaciones con la excusa de que está triste. Eso no debemos hacerlo en ningún caso, ya que de este modo lo que conseguiremos será retrasar esa vuelta a la normalidad que andamos buscando. Algo similar sucede con las necesidades fisiológicas de nuestra mascota. Es importante que cuanto antes vuelvan a acostumbrarse a los horarios de salidas. Es cierto que quizá al principio debemos sacarles una vez más al día de lo que solemos hacer hasta que vuelvan a acostumbrarse a regular sus necesidades y ajustarlas. Podemos hacer esto durante dos semanas más o menos para luego volver a la rutina habitual. En cuanto a los horarios de comida es necesario que sigamos manteniendo los que teníamos antes de irnos de vacaciones, ya que en teoría no los debimos de haber roto a lo largo de las vacaciones. Es cierto que a la vuelta la tristeza hace en muchos perros que se les vayan las ganas de comer. En estos casos no debemos acostumbrar a nuestro perro a que coma comida de persona o caprichos solo por el mero hecho de conseguir que coma. Poco a poco, poniéndole la comida como siempre irá comiendo a medida que pasen los días. En lo referente al tiempo libre es necesario que le dediquemos unos minutos al día para jugar exclusivamente con él. Este momento es la mejor terapia para que nuestra mascota deje de lado la melancolía del regreso y se acostumbre de nuevo a la vida en casa. Fotos | protographer23 / dawgfanjeff | 
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